Entradas

Mostrando entradas de 2018

Bebé de verano

Imagen
Ext. Día. Piscina. Hace calor en esta mañana de principios de agosto, pero tú duermes a salvo del sol, con tu sombrero, la camiseta de Nemo  factor ultravioleta y embadurnada de crema del 50. Qué fácil parece ahora protegerte de todo mal, ahora que respiras tranquilamente a nuestro lado, la libertad aún sin estrenar. Acaricio esas piernecillas sonrosadas, mi mano contra tu piel tan suave, mis dedos delgados surcando tu cuerpo regordete, limpio de toda mácula, dispuesto con inocente sencillez para la vida.  Te toco y te siento tan nueva... Una cabecita aún sin pelo, dejando entrever la fontanela palpitante -"hay una grieta en todo, así es como entra la luz"(*)-; los tobillos rechonchos, todavía inservibles, esa sonrisa espontánea y desdentada, las manos, recién descubiertas, moviéndose gráciles y lentas como bailarinas, tu delicada desnudez expuesta al mundo... Te siento tan nueva que mis 34 años se desploman pesadamente sobre mí y quedo convertida en un dinosaurio gran

FINISTERRE

Imagen
No termina de llegar este año la primavera. Abril la está regando y acicalando sin prisa para que, cuando estemos ya a punto de perder toda esperanza, se nos aparezca tardía pero extasiante, como esas vírgenes barrocas que salen, al fin, en procesión tras la tormenta.   Dentro de unos días, como a la tierra, a mí también me nacerá una primavera. Me brotará de dentro, como un tallo que germina en un magma misterioso y que despuntará después, jugoso y fresco. Tendrá nombre de mujer. Mientras escribo estas líneas, la primavera aletea dentro de mí, anunciando su presencia de pétalos, abejas y pájaros, elixir condensado de vida. Fantaseo con que estos últimos fríos no han sido más que un guiño, un afán de sincronía: la tierra me espera para que nuestras primaveras lleguen la vez. ¡Pero yo nunca he parido una primavera! Tampoco un otoño de piel ocre y sabor a membrillo, ni un verano que oliera a espuma de ola y a cadencia pesante y calurosa de jazz -summ